domingo, 17 de mayo de 2009

CRISIS FINANCIERA MUNDIAL VS. 'CRACK' DE 1929: ¿ESCENARIOS DISTANTES PERO COMUNES?


Hoy, sin duda alguna, nadie cuestiona que el mundo se encuentra ante una crisis financiera internacional y de relevancia como lo fue la Gran Depresión o el Crash del 29’ pero sin plena certeza que sea de la misma magnitud. “Casi 80 años después del crash de octubre de 1929, la economía norteamericana (y, por extensión, la mundial) se encuentra en una situación que muchos expertos comparan, en algún sentido, con aquel derrumbe de las cotizaciones bursátiles que acabó en la Gran Depresión” (EL PÚBLICO.ES, 2008).
En efecto, en el escenario económico que preside el contextual actual, se puede observar que desde septiembre de 2008 se han producido acontecimientos sin precedentes que están reconfigurando el sistema financiero internacional y que desafían la ortodoxia económica liberal, que se mantenía prácticamente incuestionada desde los años 90 bajo el liderazgo de EEUU. Así, la crisis subprime que estalló en agosto de 2007 se ha transformado en una crisis financiera sistémica, cuyo epicentro ya no está sólo en EEUU, sino que se ha desplazado desde Europa hasta los Tigres Asiáticos, generando un fuerte impacto en el crecimiento de las economías emergentes.
Por su parte, el colapso de Wall Street en 1929, también conocido como "jueves negro", fue un evento que hizo derrumbarse a la economía estadounidense y global, contribuyendo a la Gran Depresión de los años 30. “Después de un enorme aumento especulativo a finales de los años 20, en gran parte debido al surgimiento de nuevas industrias como la radio y la fabricación de automóviles, las acciones cayeron 13% el jueves 24 de octubre de 1929. Pese a los esfuerzos de las autoridades bursátiles por estabilizar el mercado, las acciones cayeron otro 11% el siguiente martes, 29 de octubre” (SCHIFFERES Steve, 2007).
Como se puede concebir, las dos crisis se han presentado en intervalos de tiempo diferentes y escenarios disimiles; no obstante, ¿existen semejanzas entre estas?, sin lugar a duda, si. Existen algunas similitudes entre estas, la primera y más relevante se debe considerar que todas las crisis económicas y financieras tienen un origen parecido que se genera en un crecimiento espectacular del crédito y del dinero fácil; lo cual, establece el primer punto de contacto entre el Crack del 29’ y la crisis actual.
Así mismo, a la hora de buscar similitudes los expertos establecen que tanto la crisis del 29 como la crisis financiera a mundial tiene un elemento común: “el efecto burbuja”, es decir el exceso de especulación entorno a activos sobrevalorados. Además, ambas crisis provocaron la quiebra de entidades financieras (aunque con distinta intensidad). El masivo retiro de cuentas bancarias incidió en la quiebra de unos 600 bancos para la década de los años treinta, hoy, la crisis financiera, hasta el momento ha causada la quiebra de unos 18 bancos, entre esos Lehman Brothers, Bear Stearns, El banco alemán IKB y El Banco de Inglaterra (central) salva a Northern Rock entre otros.
Además, se pueden ver similitudes en el auge económico que presentaba la economía norteamericana antes del crack y las que presentaba en los años previos a la crisis del 2008. Antes del 29 el nivel de consumo había aumentado de manera significativa, no en vano se le denomina la década de los “felices años 20”, puesto que concibió un tiempo de prosperidad y exceso en la ciudad, donde New York había crecido hasta convertirse en la mayor
metrópolis y su distrito de Wall Street era uno de los centros financieros líderes del mundo.
Ahora bien, en ambas crisis fallaron los mecanismos de control interno y no se midieron correctamente los riesgos de negocio, por lo cual acceder a créditos fue una constante desmesurada. El crack fue antecedido por un boom
especulativo que había surgido a principios de la década de 1920 y había llevado a cientos de miles de norteamericanos a invertir fuertemente en el mercado de valores, incluso un número significativo se prestaron dinero para comprar más acciones.
Por su parte, la crisis actual procede como una consecuencia directa del sistema de hipotecas
subprime, mediante el cual los bancos estadounidenses concedían préstamos de alto riesgo a personas con pobres o negativos historiales crediticios. A esto se suma un sistema bancario mal regulado (especialmente en los sectores del préstamo y la inversión); lo cual, dio lugar a la creación de vehículos hipotecarios prácticamente especulativos para personas sin una fuente de ingresos estable. En efecto, todo lo anterior conjugado con bajas tasas de interés durante varios años, proporcionaron un espacio propicio para la especulación y sobre-extensión del crédito.
Por otra parte se pueden ver similitudes en el volumen de desempleo que trajeron (y tras la crisis actual) los dos escenarios económicos. La crisis del 29’ generó el despido de 100.000 personas en tres días empezando el jueves negro, por su lado, la crisis actual de acuerdo con el informe de la OIT sostiene asimismo que cerca de 200 millones de trabajadores, en especial en las economías en desarrollo, podrían pasar a integrar las filas de la pobreza extrema debido a la crisis. Así mismo, si se observa el inicio de la crisis del 29 y se compara con la actual, se puede visualizar que hay un denominador común: “la política monetaria laxa de la Reserva Federal. Es que, luego del atentado a las Torres Gemelas, la Reserva Federal bajó fuertemente la tasa de interés para estimular la economía que había quedado afectada por el ataque terrorista” (CACHANOSKY Roberto, 2008), pero a su vez se presenta otra similitud, en ambos casos la expansión monetaria generó auges bursátiles artificiales (si bien en la actualidad se recurrió a diferentes instrumentos financieros más sofisticados), presiones inflacionarias y la depreciación del dólar frente a las otras monedas.
“Pero una vez constatado este parecido, no hay muchos más elementos comunes entre el 29 y la crisis actual. La evolución de las bolsas, por ejemplo, es bastante dispar. El crash de entonces se ganó el nombre a pulso: entre el 30 de agosto y el 13 de noviembre de 2009, es decir, en apenas dos meses y medio, la bolsa de Nueva York cayó casi un 50%. Hoy no hay periodos bajistas tan abruptos. Desde octubre de 2007 hasta el 17 de septiembre (de 2008, el descenso del índice Dow Jones es del 25%” (EL PÚBLICO.ES, 2008).
Ahora bien, es necesario considerar que También la respuesta de las respectivas autoridades tanto en el 29’ como en la actualidad divergen y por ende son diferentes. En la época del Crack, las instituciones de Estados Unidos no contaban con las herramientas necesarias para prestar ayuda a los mercados y a la economía; a su vez, no se había dado el desarrollo de las teorías de la intervención del Estado (Keynes y el New Deal de Roosevelt llegaron después). Por todo ello, las autoridades dejaron caer el sistema financiero (la Reserva Federal decidió no hacer inyecciones de liquidez), optando por facilitar un ajuste natural del proceso. Esto difiere del escenario actual, puesto que las entidades bancarias están tratando de ser rescatadas por los poderes públicos y el activismo de los bancos centrales, como se puede visualizar en Estados Unidos mediante la inyección de capital de la Reserva Federal, para aliviar la crisis global y así mismo el plan de ayuda del presidente Barack Obama.
“La crisis del 29 fue profunda y larga porque el gobierno trató de paliarla actuando sobre el sector real de la economía con regulaciones al por mayor, no solo en EE.UU., sino en buena parte del mundo occidental. Aumentos del gasto público, cierre de la economía, nueva expansión monetaria, regulaciones de precios. Por ejemplo, en EE.UU. se aprobaron subsidios para que los productores agropecuarios norteamericanos dejaran de producir. La idea es que si frenaban la producción los precios se recuperarían. También se declaró la inconvertibilidad del oro en EE.UU. Lo que se hizo en los años 30 fue trabar la economía y prolongar la agonía. Es decir, en vez de dejar que los precios volvieran a su valor normal luego de la burbuja, el Estado norteamericano aplicó el New Deal que produjo más distorsiones de precios profundizando la recisión y prolongándola en el tiempo” (CACHANOSKY Roberto,2008).
Por el contrario, en contraste con la crisis del 29’, en la actual no se observa que el gobierno norteamericano, por ahora, intervenga en el sector real de la economía con medidas como las del New Deal, regulando los precios, aumentado absurdamente el gasto en obras públicas o cerrando la economía al comercio exterior; puesto que no considera pertinente recurrir a éste tipo de medidas y prefiere abogar a un estimulo de la demanda mediante la inyección de capital.
Decisivamente, el gobierno norteamericano está tratando de cubrir los quebrantos financieros con los recursos de los contribuyentes y factiblemente, con una política monetaria expansiva que privilegia la reactivación sobre la inflación; lo cual, puede traer nuevas consecuencias en el futuro. Además, ha dejado de lado aquella “teoría de la sanción moral” y ha pretendió salvaguardar bancos y entidades financieras, sentando las bases para que en el futuro nuevamente los inversores asuman riesgos desmedidos con la esperanza de que si se equivocan venga el Estado a salvarlos.
“Si el gobierno americano no comete los mismos horrores económicos que cometió Roosevelt con su New Deal, podría ser que esta crisis sea más corta y menos profunda que la del 29 o, en el peor de los casos, que sean tan profunda como la del 29 pero no tan larga, dado que, una vez asumidas las pérdidas de la explosión de la burbuja, los precios relativos se reacomodarían rápidamente y la economía podría comenzar a reactivarse nuevamente” (CACHANOSKY Roberto,2008).
En conclusión, solo resta decir que pese a que el crack de 1929 como la actual crisis mundial salvaguardan características en común, no implica necesariamente que sean similares en todo su contexto. En efecto, el escenario en que se ostentaron aleja el contenido de la una tanto de la otra no solo en los 80 años que las separan, sino además, en las medidas por las cuales optaron sus respectivos gobiernos para hacer frente a estas. No obstante, como la mayoría de crisis financieras su semejanza se halla en la “burbuja especulativa” que se genera entorno a los activos y así mismo en las secuelas que se derivan como la quiebra de bancos y el elevado nivel de nuevos desempleados.

BIBLIOGRAFÍA
· CACHANOSKY Roberto, “La crisis del ´29 y la actual”, Fecha de publicación: septiembre de 2008, En:
http://www.eldiarioexterior.com/noticia.asp?idarticulo= 22596, Fecha de consulta: 13 de mayo de 2009.

· EL PÚBLICO.ES, “¿En qué se parece la crisis actual al 'crash' de 1929?”, Fecha de publicación: Septiembre de 2008, En:
http://www.publico.es/dinero/154618/en/ parece/crisis/actual/crash/ 1929, Fecha de consulta: 12 de Mayo de 2009.

· SCHIFFERES Steve, “Crisis financieras: lecciones de historia”, BBC Mundo, Fecha de publicación: Agosto de 2007, En:
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/business/ newsid_6965000/6965142.stm, Fecha de consulta: 13 de Mayo de 2009.

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